miércoles, 9 de marzo de 2011

(¯`·._.·[ẽĺ ÞŖóđŪċťő ∫ŏČĭÁ£]·._.·´¯) (EL PRODUCTO SOCIAL)

Existe en esta, la nuestra, sociedad actual una idea que viene a afirmar que todo lo de ahora es positivo; y lo de antes, negativo. Es cierto que hemos (no me gusta utilizar la palabra avanzar o progresar) mejorado en muchos aspectos, entre los que destacaría la igualdad de sexos (que no de géneros), pero hemos decrecido en tantos otros... A parte de que ya no queden románticos, lo que más me preocupa es el asunto sobre el que trataré de hablar en las líneas que siguen: Las personas del siglo XXI, fruto de las labores de ingeniería social o, lo que es lo mismo, los productos sociales en los que se ha convertido una peligrosa mayoría de las personas.
Allá por los años 80, el desenfreno, la locura, la ruptura con las normas sociales, las drogas, la fiesta sin límites, la obsesión enfermiza por el sexo y otras muchas cosas, se podría decir, nacieron. Hoy todos esos inventos ochenteros siguen estando de moda y en auge, creciendo a la par de la sociedad del consumo. Pero hay una diferencia sustancial: Aquellas generaciones de jóvenes de los 80 hacían todo eso por distinguirse, por romper normas y por caracterizarse y tener una identidad única, mientras que los jóvenes de ahora (sobre todo las generaciones de los 90) lo hacen por igualarse a los demás y por no ser ''el marginao'', ''el pringao'', ''el friki'' o ''el raro''.
Puede que venga de la mano del desarrollo de las democracias o el capitalismo empresarial en las que el peso de los números lo es todo (si 10 votan A y 9 votan B, gana A, aunque B pudiera tener razón); o puede que símplemente venga de la mano del consumismo y materialismo actual que prima y premia al mediocre, pero el caso es que el argumento falaz de tipo ''ad populum'' (el argumento que se basa en lo que hacen las mayorías para defender una tesis) está, pienso (ojalá estuviera equivocado), cada vez más presente. Yo todavía tengo grabado a fuego en mi mente el argumento que nos dio una señora de la Universidad de Extremadura en una charla en nuestro instituto para defender el Plan Bolonia: ''Ha sido aprobado por más de 20 países; y 20 países no pueden estar equivocados''. Se merece un aplauso ¿no?
¿Quién no ha intervenido nunca o ha escuchado una conversación de este tipo, o similares?:
-Mamá, ¿a qué hora me vuelvo esta noche?
-Más tarde de las 12 ni se te ocurra, hijo.
-Pero mamá, si ninguno se viene tan temprano. Todos mis amigos vienen a las 2, por lo menos.
-Bueeeno, entonces te dejo. Pero cuando se vengan todos ¿eh?
El chaval que ansiaba volver más tarde, tal vez lo hiciera por no ser el único que volvía más temprano pero... ¿por qué ese miedo a ser diferente? ¿por qué lo fácil es desear ser como los demás? Es una pregunta muy difícil de responder. Mi teoría es la siguiente: Vivimos en un sistema en que se premia al mediocre. Nuestra educación premia la mediocridad y no tiene en cuenta al que despunta y un claro ejemplo de ello es la ausencia de notas en los títulos académicos. En un sistema en el que vale lo mismo el 5 que el 9,75 ¿quién va a querer sacrificarse y ser tachado de pringao por las BMJ (Brigadas Mediocres Juveniles)? Y es que es cierto, mirándolo fríamente, el que se esfuerza para obtener el mismo premio que el que no se esfuerza es un prigao, cuyo único premio adicional es la satisfacción personal (a lo que se remiten desesperadamente las madres para intentar convencer a sus hijos de que se esfuercen).
Los personajes de más relevancia nacional y más admirados y seguidos son los que participan en Gran Hermano, las Belenes Esteban o los personajes de las series de quinta que nos ponen (en las que los actores principales y más atractivos desempeñan papeles de mediocres, no quiero decir que como actores sean mediocres, ese tema no procede). A nivel del instituto o de la secta de cada uno (llamo secta a los grupos de amigos, porque funcionan como tal, con un líder, una estructura piramidal, un bloqueo de entrada y una ideología, que suele girar en torno a los porros, al sexo, a estilos musicales o similares, nunca habrá una secta de admiradores de Pérez Galdós, a eso me refería), el más admirado es aquél que más disfruta y menos trabaja, aquél que es más pícaro y que saca más de menos.
Expuesta mi teoría, vamos a describir lo que son los productos sociales: Son aquella clase de personas a las que se hace difícil caracterizar, ya que siguen, tan a rajatabla, las pautas medias dictadas por la sociedad, que si tuvieran que desfilar en la Castellana, serían lo más parecido a los soldados clon de la Guerra de las Galaxias.
Si un humano, como usted o como yo (porque no dudo de que usted no es ningún producto social ¿verdad que no, querido lector o lectora, no vaya a ser que me mate Bibiana?, de los que tratamos de no ser clones, concebimos la, mala, idea de dar un paseo por un parque de cualquier ciudad o pueblo una tarde de... ¿sábado, por ejemplo? podemos comprobar empíricamente estas teorías: los miembros de cada grupo de aimgos, ya sean masculinos, femeninos o mixtos, son IGUALES o, como se diría en tenis EGALITÉ. Todos llevan cresta o su melenita al estilo D'Nash (que debo confesar que me hubiera gustado tenerla en mis tiempos, de hecho lo intenté, pero mi pelo ondulado e indomable me hizo desistir), todos llevan sus vaqueros ''cagaos'', sus gayumbos de Dolce & Gabanna o Unno sobresaliendo por la parte septentrional del pantalón, al que un movimiento tectónico, provocado por los amos del mundo, ha movido hacia abajo, y todos sus camisetas que, ¿para qué variar?, se asemejan mucho.
En las chicas suele llamar la atención, de manera poderosa, cómo se asemejan los flequillos, la longitud de la melena (a veces hasta el color de pel) , la presencia o no de piercings y su ubicación en la geografía facial (o no facial), el calzado (manoletinas en primavera-verano, botitas a media altura y, últimamente, sin tacón, en otoño-invierno, y unos tacones que tiembla el misterio en las noches locas), los pantalones (aunque gracias a Dios, aún no se ha producido en ellas el movimiento tectónico que se ha producido en ellos). A favor de las chicas, debo decir, que se aprecia, ligéramente, una mayor variedad, aunque tímida.
Como moda mixta, cabe señalar las All Star Converse, parecidas a las que en su día llamábamos las ''camping'' y la gente se reía de sus portadores, pero que ahora se han puesto, misteriosamente, de moda y no entienden de sexos.
Hace unos años, ''Al Salir de Clase'' puso de moda los tops (ombliguito al aire) y ahora ... ¿quién se acuerda de los tops? Siguen siendo los mismos, pero ahora no se suelen ver, lo cual demuestra que son las modas las que dirigen la vida de las personas y no los gustos, como diría el típico seguidos de las modas para defenderse: Yo me pongo lo que me da la gana porque me gusta y punto. Yo le respondería: No, querido infante. ¿Y quién financia esas modas para que se lleven a cabo? Preguntáoslo, estimados lectores y lectrices.
Recuerdo cómo la gente se reía, allá a principios de los 2000, de los chicos que se ponían los pelos de punta del flequillo con gomina. Y ahora se ríen de los que no ¡OLÉ! Viva la coherencia... ¿de verdad siguen creyendo que somos libres? Quien lo crea, está invitado a una conversación con este Servidor, para ver si me convencen, ya que me gustaría pensar que sí lo somos.
Respecto al consumo musical, mediático o cinematográfico, las similitudes son, si cabe, aún mayores que en la ropa. Las sectas, que tienen como cuartel general, normalmente, un banco del parque del pueblo (o ciudad, no se me mosqueen los urbanitas), suelen portar teléfonos móviles, cada vez más sofisticados, cuyos altavoces sirven para poner musiquita que amenice las veladas de conversaciones sobre el botellón del sábado o sobre la literatura del Barroco (esto último es coña). Por esos altavoces suena siempre lo mismo: reggaetón, el pop de turno o el ''dance'' hiperfiestero y guay que se pasan por el Diente Azul (Bluetooth). Las tribus urbanas ocultan, con presunta variedad, las similitudes que guardan entre todas ellas y el descenso de las viejas subculturas diferenciadoras (punkies, heavies o hippies) ponen de manifiesto la creciente concentración de personalidad, que diría Manolito, lo que en román paladino se traduciría por: que son to's iguales.
¿Qué adolescente escucha la radio? Naaaaaadie, no mola. ¿Qué adolcescente lee la prensa? Naaaaadie, no mola. ¿qué adolescente ve la tele? Toooodos, sobretodo las series guays.
¿Qué adolcescentes prefieren el frío al calor? Ninguno, no quiero ser el típico friki, el otoño y el invierno incitan a pensar y a reflexionar y a ellos eso no les mola.
¿Qué adolescentes prefieren el calor al frío? Todos: Piscinita y pocas ganas de ser diferente.
¿A quién le interesa la política? A nadie ¿Y el botellón del sábado? A todos.
Son todos iguales, ¿No os dais cuenta o qué?, a ver si alguno me comenta lo típico de ''No se puede generalizar''. Tiene razón, hay minorías que son mi consuelo.  Si se pone de moda escribir con faltas de ortografía, escriben con faltas de ortografía, sin preguntarse por qué lo hacen (visto está); y si se pone de moda clavarte un cuchillo en la cabeza para salir, no me cabe duda de que lo harán.
Y a todos esos clones cabría preguntarlos lo siguiente: ¿Quiénes sois? ¿Qué te hace diferente de ése de al lado? Probablemente, no supieran contestar. Tal vez porque nunca se lo han preguntado. Porque no les importa su identidad mientras sigan viviendo en la burbuja en la que los ha instalado el Poder que diseñe todo esto.
Como conclusión, a parte de alertar sobre la creciente expansión de los soldados clon, diré que no se trata de ser perfecto, porque nadie lo es ni es menester pretender serlo. No se trata de creer que eres mejor que otro, solo se trata de SER. Si eres un clon NO ERES; si eres una persona, con tus características, con tus virtudes y defectos, tus gustos y tu forma de ser que te hace inconfundible, ERES. He aquí el uso filosófico del verbo ser.

MuShAs GrAsIaSsSsSs!!! OkM mIh NiNiOoOhHh!!! xDD!!!

14 comentarios:

  1. "Coma mierda, miles de millones de moscas no pueden estar equivocadas". Con esta frase, se ejemplifica a la perfección lo que con tantísima razón has expuesto en este post. No tengo una sola crítica que hacer: yo también creo que el sistema social de hoy en día premia la ineptitud y la mediocridad. Los ceros dejan de existir, porque traumatizan a los pobres chiquillos, y se parte de la nota mínima de un uno. Consecuencia: el que antes sacaba un uno tiene la misma nota que el que deja el examen en blanco. Muy lógico. Además, se crean clases especiales para los que no pueden con la ESO (¡con la ESO! ¡Si mi PAU la podría haber hecho mi hermano pequeño y haber sacado nota!), se ponen a disposición de los alumnos psicólogos, se inventan déficits de atención y trastornos eximentes absurdos... Ridículo.

    A mí, que no tengo ningún talento artístico, me da mucho coraje que se premie de ese modo la mediocridad y no se aprovechen las habilidades particulares de cada uno, porque está mal visto, poco incentivado o incluso censurado. Mi pareja, sin ir más lejos, no puede sacar un 10 en determinadas asignaturas, como Educación Física, porque se le dan "demasiado bien" y, por tanto, "no hace tanto esfuerzo como a los que peor se les dan".

    Es cierto que hemos avanzado en materia de paridad de sexos, pero no nos engañemos: ambos bandos están equivocados. Muchas medidas de supuesta "igualdad" o "paridad" están equivocadas. Por ejemplo, no tiene sentido que tenga que haber un determinado porcentaje de hombres o mujeres en determinados puestos, porque de ese modo puede ser que una PERSONA más cualificada que otra no acceda al puesto por haberse de cumplir un cierto cupo. Y como éste hay mil ejemplos más, no te creas. En mi colegio, sin ir más lejos, llegué a jugar un partido de balontiro (balón prisionero) en que los chicos no podíamos lanzar la pelota, porque "podíamos hacer daño a las chicas". El resultado es que ellas jugaban y nosotros... nos limitábamos a esquivar. Y, todo sea dicho, en mi clase había auténticas tiarronas dignas de las Olimpiadas, que aún recuerdo cada balonazo que de poco no me quedé en el sitio.

    Volviendo a lo de antes, hoy en día ya no se premia el esfuerzo, sino supuestamente "intentarlo". Ése es el problema del sistema educativo actual, una crítica extensible tanto a la LOE como a Bolonia. Pero claro, ¿qué se puede esperar de una sociedad cuyos ídolos son los que tú has dicho? Si se puede triunfar tanto haciendo tan poco, ¿quién quiere estudiar? Muy, muy pocos. Y eso es una lástima, sinceramente, porque así está la juventud, que apenas es capaz de ver más allá del próximo finde, no sabe nada de nada y tampoco quiere saber, porque eso de pensar es de frikis sin amigos. Si quieres ser guay, tienes que trabajar poco, ser un chulo y un macarra, ir a las discotecas, fumar y beber como un cosaco... Vivan nuestros estereotipos ideales.

    Y a todo lo que ya he dicho, se le suma, como muy bien dices, el tema de la moda, los estilos, las culturas, el poder adquisitivo, la música... Es gracioso, porque las culturas urbanas son la realidad social más falsa: casi todos van de "Somos diferentes y pasamos de todo", pero entre ellos son exactamente iguales y no pasan tanto de todo, sino que quieren destacar y que se fijen en ellos, en lo guays que son por ser distintos. Y lo que ya me mata son los emos, skaters o neohippies, que visten de aquella manera, pero se gastan en su ropa lo que muy pocos pijos (si queréis entender lo que digo, visitad las tiendas skaters por excelencia). En definitiva, la cuestión es aparentar.

    Seguramente me he dejado algún punto sin comentar, pero tu entrada es tan interesante que no he podido evitar hacer este comentario. Un trabajo fantástico, en serio. Enhorabuena.

    ResponderEliminar
  2. Como no tengo tu dirección de blog, te comento aquí. Me dejó mala imagen de ti ese comentario en el que decías ''odio a la Iglesia'', pero todo lo contrario este. Respecto a lo que dices de las mujeres, lo destaqué por ser lo que más positivo veo de nuestros tiempos en referencia a los anteriores, donde las mujeres eran constantemente menospreciadas por falta de fuerza (como hoy día en el mundo islámico) pero rechazo todas esas medidas a las que te refieres y que me parece que no ayudan a terminar con el sexismo.
    Coincido en lo que dices sobre la educación y la pregunta sobre quién cojones es el que maneja los hilos y pretende los objetivos que se están consiguiendo es una de las cosas que más me han atormentado años ha.
    Quiero consolarme pensando que Internet ayudará a renovar la pluralidad de personalidades y formas de ser, frente al mundo caduco de la televisión. Pero sería un error por nuestra parte caer en el elitismo de pensar que somos mejores porque nos hemos salvado de que nos laven el cerebro. Creo que debemos ayudar a toda esa gente a recuperar su identidad, empezando por nuestros hijos.
    Gracias por el comentario y a ver si me pasas la dirección de tu blog (si tuvieres)

    ResponderEliminar
  3. No te tomes muy en serio mis palabras, a veces soy muy brusco. Una cosa es que no me guste la Iglesia y otra que no la respete...

    Realmente, te he escrito porque esta entrada me ha parecido de las mejores que he leído en estos días. Es una visión muy aproximada de mi propia opinión y no podía pasar sin comentarlo.

    En cuanto a mi blog, lo encontrarás en mi Perfil, pulsando sobre mi nombre. El de la asignatura se llama "Numina Nova" y no es gran cosa, sólo trata de artes, pero cualquier opinión es bienvenida. Gracias por tu respuesta.

    ResponderEliminar
  4. Fernado me ha parecido genial tu artículo, para mi el mejor sin duda de los que se han publicado hasta ahora en clase. Eres el que más dices, el que explica la situación que se esta viviendo en la cultura global dominada por las modas y marcas. Dices lo que siempre e pensado de ti, lo que manifiestas en númerosas ocasiones, pero que a veces no consigues canalizar porque te vas por las ramas. Esta vez lo has conseguido, me "quito el sombrero, ninguna crítica, ningun reproche que acaba en debates calientes como los que solemos tener. En esta ocasión solo he podido leer con gusto lo que estabs diciendo y asentir con la cabeza. No voy a comentar en detalle la entrada, ya que me parece que Nacho también ha dado una respuesta acorde a tu artículo. Simplemente felicidades.

    ResponderEliminar
  5. Buenísima entrada, un poco extremista, ya que creo que la gente así es un porcentaje alto, sí, pero tampoco tanto como para que generalices tanto, pero bueno lo has aclarado, por lo que no tengo ninguna pega que poner.
    Muy bien reshulón !

    ResponderEliminar
  6. Tengo poco que decir,ya que mis otros dos compañeros han dicho prácticamente todo.
    Pero sí, estoy de acuerdo contigo y con ellos en que las modas nos influyen enormemente a la hora de comportarnos o a la hora de actuar ante determinadas situaciones.
    Aún así, creo que todos, en cierto modo, nos hemos dejado llevar alguna vez por todo esto, ya sea consciente o inconscientemente.
    Muchas veces, se pretende ser igual que los demás en algunos aspectos, ya que existe el miedo al rechazo o simplemente a que te estereotipen de manera peyorativa.Pero en mi opinión, la personalidad de cada uno,su originalidad, el ser alguien diferente, el lo que realmente le hace destacar dentro de la homogénea masa existente.
    Críticas habrá seguro, hagas lo que hagas, seas como seas, pero eso es ley de vida.
    Y por supuesto, decir que las excepciones existen, no hay que generalizar.
    ¡Enhorabuena por la entrada!Me parece un buen tema para expresar diferentes opiniones y poder debatir.

    ResponderEliminar
  7. Como siempre poniendo la nota de color y horterismo justo para amenizar el día. Sencillamente penoso. Trágicamente realista. Con decir que he tenido que mirar dos veces la foto porque pensaba que conocía a una de ellas...
    Pero discrepo contigo en un punto, ¿Nos volvemos como los demas según estamos con ellos? El refrán es que "Dos que duermen en el mismo colchón se vuelven de la misma condición", nos lo ponen demasiado fácil para aceptarnos en la comodidad del "Sí, opino lo mismo" "¿Por qué?" "Porque sí, por lo mismo que tú." Tú dices que es por no desentonar, por pertenecer al mismo rebaño y poder hacer sonar a la vez los cascabeles. Sin embargo yo creo que es algo más profundo que todo eso, el ser humano necesita de la compañía del otro, sentirse aceptado y comprendido por el resto (y quien diga que no miente, es por eso por lo que nos dejamos influir, porque a lo mejor un rebaño es lo mejor que hemos encontrado. Aunque visto lo visto es preferible ser una oveja descarriada.

    ResponderEliminar
  8. Sí, Luz. Claro que necesitamos del otro ¿pero por qué pagar un precio innecesario? No es necesario dejar de ser tú para poder tener gente a tu alrededor.

    ResponderEliminar
  9. Hay personas que eso no lo comprenden Fernando. Buena entrada, no me esperaba menos de ti. Un saludo.

    ResponderEliminar
  10. Sin duda una entrada que hace reflexionar. Sin embargo, siempre ha existido la "masa" y el rechazo a lo diferente, de ahí la búsqueda por pertenecer a un grupo.Es una lástima que aun estando en pleno siglo XXI, la tolerancia no sea un valor asentado entre la sociedad actual, que gustosamente se pavonea de sus grandes adelantos. Muy interesante el enfoque que has hecho en cualquier caso. Te felicito.

    ResponderEliminar
  11. Muy buena entrada compañero, creo que has abordado este tema con bastante filosofía, y aparte le has dado un toque de humor que es de agradecer. Me encanta la reflexión final que haces, estoy muy de acuerdo con ella. Lo triste que a los especiménes a los que va dedicada esta entrada nunca sabrán de esta entrada y reflexionarán, por lo tanto seguirán siendo tal y como son.

    ResponderEliminar
  12. Me ha encantado la entrada, eso sí, nada de generalizaciones. Por suerte creo que cada vez tenemos peor vistos a estos "clones", lo cual no sé si me consuela o me asusta pensando que ser diferente será la nueva moda.
    Como apunte personal diré que desde mi más tierna infancia he adorado las zapatillas al más puro estilo Converse All Star y a pesar de que ninguno de mis más de 10 pares tienen el famoso logotipo que cuesta una pasta, NUNCA se han reído de mí por ello. Es por esto que no me gustan las críticas generalizadas aunque entiendo el mensaje y en cierta medida lo comparto.
    En general aunque un tanto cruda, gran entrada, la cuestión sigue siendo si el ser "antimoda" no nos hace un estereotipo más de la misma.

    ResponderEliminar